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Cómo tratar el dolor lumbar

Al referirnos a dolor lumbar no podemos hablar de un cuadro clínico uniforme, debido al gran abanico de causas que lo pueden provocar. Además de las múltiples causas físicas (variables biológicas), como radiculopatías, herniaciones, fracturas o enfermedades reumáticas, entre otras, debemos tener muy en cuenta las variables psicológicas y sociales. Aquí se incluyen la falta de sueño, el estrés, la ansiedad, las creencias o los recuerdos de la persona. En general, cada individuo tiene un contexto único.

El dolor lumbar es una problemática bastante habitual en el día a día de las personas. De hecho, se estima que el 85% de la población sufrirá un episodio de dolor lumbar al menos una vez a lo largo de su vida. El trabajo de oficina, la elevada cantidad de horas sentados delante del ordenador con poca higiene postural, el estrés o el sedentarismo después de salir del trabajo, forman un cóctel lleno de ingredientes que aumentan considerablemente el riesgo de padecer dolor lumbar.

Gran parte de la población tiene tiene la creencia errónea de que lesión (daño) y dolor son lo mismo. El hecho de que aparezca el dolor, tiene una relación directa con que algo se ha roto o dañado. Pero nada más lejos de la realidad. La evidencia científica ha corroborado que ambos términos (daño y dolor) no tienen ninguna relación directa y pueden existir el uno sin el otro.

Tanto si padeces dolor lumbar frecuentemente, como si tienes episodios aislados o incluso es la primera vez que lo experimentas, en Re-Educate tenemos las técnicas y herramientas de entrenamiento necesarias para cambiar tu modus operandi y poder recuperarte de ese dolor. Puede ser que hayas hecho algo que para causarte ese daño o quizá el dolor ha aparecido de repente sin causa aparente. De cualquier manera, una opción recomendada al 100% es incluir el ejercicio físico como parte indispensable de tu tratamiento

Combatir el dolor lumbar, los pasos a seguir

Por supuesto, lo primero que debes hacer es acudir a tu médico para identificar posibles problemas. Y, por último, buscar ayuda profesional que te guíe tanto con el ejercicio físico como con el mind setting, la identificación de creencias y los hábitos erróneos o disfuncionales.

En el apartado relacionado con el deporte, lo mejor es optar por un entrenamiento adaptado y medido que será la medicina más efectiva, natural y menos agresiva para tu cuerpo a corto pero, sobre todo, a largo plazo. Y por último, es aconsejable reducir la ingesta de antiinflamatorios hasta eliminarla y  medicamentos destinados al dolor y empezar a darle a tu sistema el estímulo, la educación y el conocimiento adecuado para tu recuperación. De esta forma podrás minimizar el riesgo de que pueda aparecer en el futuro.

Por Carlos López.

Si necesitas más información, puedes visitar otros artículos de nuestro blog. Y si tienes cualquier pregunta, puedes contactar con nuestro equipo aquí o a través de nuestras redes sociales.

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