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La importancia de definir unos objetivos S.M.A.R.T. con locus de control

Estamos acabando enero y seguro que muchos de vosotros no habéis conseguido ser constantes en los propósitos que os marcasteis a principios de año, especialmente en lo referente al deporte y a la alimentación. A continuación te desvelamos qué debes hacer para que empieces a conseguirlo de verdad. Dos claves: objetivos S.M.A.R.T y locus de control.

Aquí no vamos a analizar qué se debería hacer o cómo se debería entrenar; o si es mejor el trabajo de fuerza o el trabajo cardiovascular. Lo que realmente interesa es la adherencia y cómo cumplir de la mejor manera con nuestros objetivos. Porque en la mayoría de casos el problema viene en que los objetivos marcados se quedan en el camino a la primera de cambio.

Una de las claves para que no ocurra esto es establecer unos objetivos que queremos cumplir. Para ello, deberían cumplir la regla S.M.A.R.T. Si nuestros objetivos cumplen estos criterios nos aseguramos poder evaluar nuestro progreso y también las causas de lograrlo o no:

  • Specific (Específicos)
  • Measurable (Medibles)
  • Achievable (Alcanzables)
  • Realistic (Realistas)
  • Time-bound (Duración limitada)
Objetivos S.M.A.R.T. y locus de control.

El locus de control es esencial

Pero, para que realmente sea algo que vayamos a cumplir y se adapte a las circunstancias de cada uno, tenemos añadir un factor que todavía es más importante al establecer nuestros objetivos. Se trata del locus de control. Este hace referencia al grado de control que tenemos nosotros sobre los objetivos.

Por ejemplo: si mi objetivo es perder 1 kg de peso en un mes, mi objetivo cumple todos los criterios S.M.A.R.T. anteriores, pero hay muchos factores claves que se escapan a mi control (temas hormonales, la hora del día en la que me pese, momentos de estrés…). Por tanto, este objetivo tiene más sentido en deportistas que deben dar un peso específico en una fecha concreta. Pero, a lo mejor, no es tan útil en la mayoría de las personas.

Nuestra recomendación en este caso sería objetivos en los que nosotros tengamos el máximo control posible. Os dejamos algunos ejemplos más claros: me propongo a ir dos veces a la semana al gimnasio; me voy a tomar 1 refresco por semana; voy a correr 2 días por semana.

Todos estos ejemplos tienen los requisitos anteriores pero, además, puedo valorar perfectamente si los cumplo o no. Y no dependen de factores externos.

Al establecer este tipo de objetivos es importante que seamos realistas y coherentes con nuestras capacidades y nuestros tiempos. A lo mejor no hay que buscar la perfección ni lo máximo. Y simplemente basta con incorporar pequeños cambios en nuestro día a día.

Evidentemente lo ideal sería no comerse ningún bollo. Pero, si de comerme un bollo diario a paso uno semanal, conseguimos un progreso más que notorio. O, si paso de no hacer nada a caminar dos días por semana, es un gran comienzo.

Eso es lo más importante, hacer pequeños cambios que no supongan un gran esfuerzo y nos permitan mantenerlos lo máximo posible en el tiempo. Se trata de empezar a hacer, no de terminar cuanto antes.

Por Raúl Higuero.

¿Conocías lo que era el locus de control y cómo ponerlo en práctica para tus objetivos deportivos? Si tienes cualquier duda o te gustaría que habláramos sobre algún tema concreto, puedes escribir cualquier consulta a nuestro equipo a través de este email o en nuestro Instagram.

Y si quieres incorporar el trabajo de fuerza en tus entrenamientos de carrera, aquí te desvelamos todos los detalles.

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